Un viaje de mil kilómetros se inicia con un paso.

(Proverbio chino)

martes, 26 de octubre de 2010

¿Cómo funciona nuestro cerebro?

          Nuestro cinco sentidos nutren al cerebro de estímulos externos, éste los compara con la información previamente registrada en él y le envía mensajes al resto del cuerpo para que éste actúe en consecuencia.
Nuestros tres cerebros
          De acuerdo al modelo trino del cerebro desarrollado por el Dr. Mac Lean, nuestro organismo está regido por tres cerebros distintos, que evolucionaron en distintas etapas y que, dependiendo de cual utilicemos, hacen que nuestras respuestas al medio sean totalmente distintas.
a-      El cerebro de reptil
          Es la capa más antigua, se desarrolló hace más de 500 millones de años y se parece bastante al cerebro entero de los reptiles de hoy. Está compuesto por el tronco encefálico y el cerebelo. El tronco encefálico lleva información del cuerpo al cerebro y éste regula los procesos vegetativos del cuerpo (respiración, latidos del corazón, presión sanguínea, etc.) y el cerebelo coordina los movimientos automáticos. Se basa casi completamente en la programación genética. Sólo tiene tiempo presente (ya que no tiene memoria ni puede proyectar en el futuro) y su función es asegurar la supervivencia (comida, protección, reproducción y territorio)
b-                      b-  - El cerebro de mamífero,  sistema límbico o cerebro emocional
                  Está compuesto por los módulos que están por debajo del cuerpo calloso y apareció junto con los mamíferos. Este cerebro junto con el de reptil son inconscientes, sin embargo, tienen un efecto profundo sobre nuestra experiencia ya que están estrechamente conectados con el cerebro consciente. Las emociones, nuestras reacciones cerebrales básicas, se generan aquí. Es el centro de la memoria (tiene tiempo presente y pasado) y, por lo tanto, del aprendizaje.
           En este sistema, encontramos al tálamo, especie de retransmisor, que recibe toda la información sensorial (excepto la relacionada con el olfato) y la dirige a distintas partes del cerebro para que sean procesadas, el hipotálamo que, con la ayuda de la hipófisis, ajusta las condiciones físicas del cuerpo para que pueda adaptarse al entorno en óptimas condiciones, actuando como un termostato y como un reloj interno,  el hipocampo, que cumple una función esencial en el establecimiento de la memoria a largo plazo, chequea la información que es recibida por la memoria operativa y la compara con la memoria contextual que él guarda (finaliza su desarrollo  alrededor de los dos años de edad) y la amígdala que es el centro de la memoria emocional. Ésta ya está desarrollada en el momento del nacimiento y sólo entiende mensajes no verbales. (por eso está estrechamente ligada con el hemisferio derecho). 
         El cerebro emocional responde y aprende por premios y castigos. Nos lleva a acercarnos a todo aquello que, por experiencia, sabe que nos produce placer y nos aleja de lo que tiene registrado como doloroso, por eso su función principal también es la supervivencia.
¿Cómo funciona?
             Las señales sensoriales llegan al tálamo. Una parte menor de la información (5%) se dirige a la amígdala, que la compara con experiencias emocionales anteriormente guardadas y hace que reaccione en un lapso de 125 milisegundos.
                 El cerebro emocional es categórico (todo es blanco o negro, bueno o malo), personalizado (todo lo ve desde el punto de vista propia, en primera persona) y filtra todo aquello que se opone a sus experiencias- Esta reacción casi inmediata de lucha o fuga (ataco o escapo) es fundamental para la supervivencia en caso de vida o muerte…(diapositiva 5)pero … ¿qué sucede cuando tenemos este tipo de reacciones en el mundo actual cuando nuestro cerebro percibe amenazas casi constantes (reales o imaginarias) de distinto tipo?
                         c-         La neocorteza o cerebro racional
                     Conforma el 85% del total del cerebro pero es el más lento en reaccionar ya que aquí también llega la información desde el tálamo pero tarde 500 milisegundos. Es por eso que llamamos al recorrido tálamo-amígdala, camino corto y al recorrido tálamo-neocorteza, camino largo.  Es esta parte del cerebro la que nos hace distintos del resto de los animales. Es aquí donde se asienta nuestro raciocinio, el aprendizaje académico, nuestra habilidad para planificar y tomar decisiones, etc. Está compuesta por dos hemisferios (el derecho y el izquierdo), que si bien se complementan y están conectados por el cuerpo calloso, cumplen funciones totalmente lateralizadas y específicas. Cada hemisferio está dividió en cuatro lóbulos: el occipital,  (en la parte posterior de la cabeza) , que está compuesto por zonas de procesamiento visual, el temporal (cerca de los oídos), relacionado con la audición, el parietal, que se ocupa de las funciones relacionadas con el movimiento, la orientación, etc. y el frontal, que se ocupa de las funciones cerebrales más integradas como pensar, conceptualizar, razonar, planificar, decidir, etc. Los LPF (lóbulos pre frontales) terminan de desarrollarse alrededor de los 25 años de edad. Éstos tienen el poder de detener a la amígdala pero, al ser más lentos, no siempre lo logran. Este cerebro tiene tiempo pasado, presente y futuro, ya que tiene autoconciencia y puede planificar y proyectar. Su función, además de asegurar la supervivencia es la de trascendencia . Para lograrla tenemos que entrenarlo de modo tal que siempre tenga poder sobre nuestros cerebros primitivos y que sea él el que decide que (pro)acción es la más conveniente no sólo para asegurar nuestra supervivencia y la de la especie sino también para mejorar nuestra calidad de calidad de vida como seres humanos.

Veamos por qué  a veces no lo logramos
                  Cuando la información llega del tálamo a la amígdala, ésta compara la información recibida con las memorias guardadas en su banco y, si considera que el estímulo amenaza nuestra supervivencia, hace que tengamos una reacción emocional  
Las mismas pueden ser:
-          Lucha defensiva: Reacciono violenta o agresivamente (puede ser simplemente un comentario, una mirada, lo que dispare este comportamiento)
-          Lucha ofensiva: Adopto la postura comúnmente llamada ‘patotera’, trato de impresionar  e intimidar a mi ´rival´.
-          Fuga: Me evado, no me concentro. Tengo pensamientos intrusivos o evasivos, etc.
-          Inhibición de acción:  Directamente me bloqueo, no reacciono.

             Cuando experimentamos cualquiera de estas reacciones emocionales, nuestro cerebro racional no trabaja eficientemente ya que durante este proceso, la energía neural se focaliza de éstas respuestas pro-supervivencia  y no da lugar para el pensamiento racional. Por otro lado, nuestro organismo comienza a producir cortisol, la hormona del estrés que, en grandes cantidades, afecta las neuronas, especialmente las del hipocampo, donde se encuentra el banco de nuestras memorias contextuales y explícitas (conscientes) 

Y….¿cómo podemos lograrlo?
¿Qué son las emociones?
              La palabra ´emoción’ proviene del latín: ‘e’: fuera, ‘motio’: movimiento. Las emociones son impulsos para actuar. Todas las acciones están motivadas por emociones. Hay cientos de emociones y sus combinaciones pero los investigadores sugieren (especialmente Paul Ekman, que estudió pueblos totalmente alejados de la civilización) que hay 4 emociones básicas que son universales: el enojo, la tristeza, la alegría y el miedo. Todas las emociones son válidas porque son inherentes al hombre y no se pueden controlar lo que debemos aprender es a dominar nuestras reacciones, nuestros impulsos, nuestros cerebros primitivos.  Entonces…¿cuál es el camino?

Desafío de Aristóteles: ‘Cualquiera puede enojarse. Eso es fácil, pero enojarse con la persona correcta, por la razón correcta y del modo correcto… eso… no es fácil.’

          El primer paso es lograr transformar nuestras emociones en sentimientos. ¿Qué son los sentimientos? Son las emociones que han sido filtradas por el cerebro racional (LPF). Son representaciones conscientes de las emociones. Son el ´darnos cuenta´ de lo que nos pasa y en consecuencia tener la posibilidad de poder elegir que hacemos con eso.
         Stephen Covey nos indicó  el camino a seguir cuando dijo:  ‘Nuestra racionalidad yace en el espacio entre el estímulo y la respuesta. Es allí donde se encuentra nuestro poder de elección y nuestra libertad’. Claro está, que el camino a veces es duro… pero si logramos neuroentrenarnos podemos formar en nuestro cerebro redes neurales automáticas e inconscientes que nos permitan dominar nuestros instintos más primitivos y comportarnos como verdaderos SERES HUMANOS. 

                                                                                                    Rosana Fernández Coto

                

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